Empleo verde y riesgos emergentes
Si tuviéramos que elegir un término que defina ahora el mundo de las organizaciones empresariales, ese sería sostenibilidad. El empleo verde, motor de transición hacia una economía sostenible y núcleo central de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), está llamado a ser una de las modalidades laborales que crezcan con más fuerza durante los próximos años.
Al mismo tiempo, la irrupción de nuevos puestos de trabajo asociados a este tipo de empleo trae consigo, irremediablemente, grandes retos en el ámbito de la seguridad y la salud en el trabajo.
Empleo verde y riesgos emergentes
Para la Organización Internacional del Trabajo son empleo verde aquellos puestos de trabajo que contribuyen a la conservación, restauración y mejora de la calidad del medio ambiente en cualquier sector económico. Hoy por hoy, hay empleo verde en los sectores de la energía (energías renovables), de la construcción (rehabilitación de edificios y eficiencia energética) y del transporte (vehículos eléctricos), entre otros.
Con su surgimiento se ha producido una transformación del entorno laboral asociada, principalmente, a la aparición e incorporación de nuevas tecnologías, materiales, prácticas y métodos de trabajo. Esto hace prever riesgos laborales nuevos y emergentes, que harán necesario emprender acciones de análisis y vigilancia preventiva para su adecuada gestión.
Así, los responsables de seguridad y salud dentro de las empresas deberán formarse suficientemente para poder identificarlos, evaluarlos correctamente y plantear medidas preventivas específicas que los eliminen o reduzcan hasta niveles tolerables.
Un reciente trabajo, la Guía práctica: análisis de los riesgos emergentes en el empleo verdeexamina la incidencia de estos riesgos en los distintos sectores económicos implicados. Bajo este marco de referencia, exponemos algunos ejemplos de las situaciones de peligro que enfrentan los trabajadores de los sectores con mayor porcentaje de empleos verdes.
Energía
Dentro de este amplio sector, ponemos atención sobre aquellos trabajos que se realizan en el campo de la energía solar y eólica y que desde hace ya varios años están generando empleo en todo el mundo.
Si nos centramos en las instalaciones de paneles solares, destaca el riesgo que implican las altas tensiones eléctricas (de hasta 600 voltios), que pueden causar electrocución, quemaduras y caídas (por contacto eléctrico). A ello se añade que el sistema fotovoltaico debe mantenerse encendido y no puede apagarse para hacer labores de mantenimiento.
También existe el riesgo de exposición al gas silano (SiH₄) en la fabricación de células fotovoltaicas. Este gas es de baja toxicidad pero altamente inflamable y explosivo.
El montaje de instalaciones eólicas conlleva riesgos de caídas desde gran altura, así como los derivados del transporte, tanto por tierra, como por mar, de los enormes componentes que conforman una turbina. Su fabricación expone a los trabajadores a vapores nocivos derivados del uso de resinas y disolventes.
Construcción
En el sector de la construcción resaltamos las viviendas ecológicas. En su construcción suelen utilizarse materiales más aislantes pero también más pesados (lo que puede provocar lesiones en su manipulación) y con menor capacidad de ventilación (lo que aumenta el riesgo de inhalación de productos tóxicos). La instalación de claraboyas horizontales para el aprovechamiento de la luz natural puede suponer riesgos de caída desde distintas alturas.
Uno de los nuevos materiales de construcción es el papel reciclado triturado, que sirve de aislamiento. Su uso puede generar riesgos químicos pues habitualmente se impregna con un 8 % de ácido bórico, una sustancia que puede afectar a la salud reproductiva y también puede generar alergias.
Transporte
Un factor clave para la transformación del sector del transporte es la promoción de la sostenibilidad a través de la expansión del transporte público, la automatización, la movilidad compartida, el uso de drones o la electrificación del transporte privado de pasajeros y mercancías.
La descarbonización del transporte incluye actividades como el mantenimiento y carga de vehículos eléctricos, en las que se trabaja con magnitudes de tensión muy elevadas que pueden incrementar los riesgos eléctricos, de incendio y de explosión. Además, las baterías de ion-litio son muy propensas a estallar por sobrecalentamiento o por el uso de voltajes incorrectos.
Al mismo tiempo, el uso, transporte y manipulación de nuevos combustibles o productos puede acarrear un aumento del riesgo químico debido a la poca información que se tiene actualmente sobre sus posibles efectos.
Mejor sostenible y seguro
En síntesis, la incorporación de los empleos verdes al mercado laboral es una realidad impulsada por el firme compromiso a nivel mundial para la transición hacia una economía que asegure un futuro sostenible y ecológico.
Estas nuevas ocupaciones, en distintas actividades y en sectores heterogéneos, expone a los trabajadores a riesgos nuevos y emergentes. Por eso es fundamental incorporar estrategias de salud y seguridad laboral desde la fases más tempranas de desarrollo de actividades relacionadas con el empleo verde. Anticiparse a los riesgos contribuirá a controlarlos y, por tanto, a proteger a los trabajadores.
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